BJJ SAARBRÜCKEN: GRAPPLING ES LA OPCIÓN MÁS SALUDABLE PARA SU SALUD MENTAL

 


"Los tres objetivos de educación física, lucha y crecimiento espiritual se buscan expresamente en el judo. Practicando el judo, el alumno podrá adquirir los beneficios de la educación física, se versará en los métodos de combate y, al mismo tiempo, nutrirá su intelecto y su moralidad." - Jigoro Kano

Este es un extracto de una conferencia que Kano pronunció en 1889 en la que consideraba la contribución del judo a la educación. Los investigadores del judo empezaron a centrarse en las características personales de los artistas marciales a finales de los años 60, que luego evolucionaron en varias comparaciones. Por ejemplo, se ha demostrado que los medallistas obtuvieron puntuaciones significativamente más altas en autoconfianza y control de la energía negativa.

Uno de los primeros estudios afirma que el enfoque tradicional (centrado en los aspectos meditativos, que hace hincapié en el autocontrol, la evitación de conflictos y el estudio de la filosofía) tiene más efectos positivos que la enseñanza moderna que hace hincapié en los aspectos deportivos y competitivos (Trulson, 1986). Más recientemente, Najafi (2003) llegó a conclusiones muy similares. El enfoque tradicional y las artes marciales tradicionales destacan la humildad en contraposición a las prácticas modernas. Además, Lamarre y Nosanchuk llegaron incluso a la conclusión de que la agresividad en los judokas disminuía a lo largo del entrenamiento y de la edad, ¡tanto en hombres como en mujeres! Esto fue algo inesperado, ya que esperaban que los hombres siguieran siendo más agresivos. Así que, al igual que el jiu-jitsu brasileño, el judo también reduce los niveles de agresividad y mejora la capacidad de contener los estados de ánimo negativos.

Algunas revistas de psicoterapia colocan la participación en artes marciales (incluyendo el judo y el jiu-jitsu) en un grupo con la terapia de danza, la terapia de arte, el psicodrama y la meditación. Se confirman los efectos tanto en los individuos sanos como en los que sufren. Participar en un arte marcial aumenta la autoestima, la confianza en uno mismo, la gestión de los sentimientos y disminuye los trastornos del sueño y la depresión. Aunque las revistas de psicoterapia son reacias a trazar la línea divisoria entre las artes marciales, casi todas se consideran positivas y de afirmación de la vida.

Cuando se enseñó judo a adolescentes con un historial de violencia, Pyecha descubrió que esos alumnos eran mucho más afectuosos y tranquilos en comparación con los que practicaban karate, taekwondo y aikido y con el grupo que no practicaba nada.

Otra investigación expone las personalidades de los practicantes de jiu-jitsu y los luchadores. Esta investigación en particular afirma que estos dos tipos de entrenamiento influyen positivamente en la estabilidad de la personalidad y el equilibrio emocional en situaciones deportivas pero también en situaciones de la vida.  Sin embargo, los luchadores eran más propensos al tipo de personalidad A (más propensos a exagerar) aunque la mayoría de ellos son del tipo B, similar a los practicantes de bjj.

Algunos investigadores incluso llegan a decir que la renuncia temprana al entrenamiento (típica en el judo y el jiu-jitsu brasileño) durante el primer año por parte de un gran número de participantes es un reflejo de los entrenadores y patrocinadores más que otra cosa. Al parecer, centrarse en el éxito deportivo en lugar de en los valores terapéuticos del deporte de combate (junto con el estatus olímpico del judo) es perjudicial en la población general (Klimczak, 2014).

Esto arroja una luz particularmente interesante sobre todas esas prácticas de la Universidad Gracie; tal vez esta es la ciencia que explica su tasa de atracción y retención.  No estoy seguro de sus valores terapéuticos, pero es bastante obvio que ejercen una presión mínima sobre el participante para que rinda en un escenario deportivo. Aunque no es difícil equiparar lo que hacen con un poco de hambre de dinero, es interesante considerar el valor intrínseco o al menos lo que se podría hacer con un enfoque diferente.

Los principios del SBG parecen ser los más cercanos a los valores tradicionales que la mayoría de los investigadores respaldan. El fuerte acento puesto en la filosofía me resulta personalmente muy atractivo y parece que hay ciencia que corrobora algunos de los valores centrales de su sistema. Si tenemos en cuenta cómo el enfoque tradicional (como se ha mencionado anteriormente) fomenta la confianza y la dureza -las capacidades fundamentales de los competidores de éxito-, no es de extrañar que haya obtenido algunos buenos resultados por el lado de la buena, aunque estrafalaria, reputación.

Desde el punto de vista científico, las artes marciales también tienen un efecto en las personas que no las practican. Los medios de comunicación populares crean una imagen distorsionada de las artes marciales con fines de entretenimiento (Stickney, 2005).  El papel de espectador parece tan importante como el de los participantes. Es un momento crucial para que comprendamos cómo cada pequeña cosa que hacemos, y cada matiz de nuestro enfoque del jiu-jitsu (y de otras artes de agarre) ayudará a darle forma en los años venideros, no sólo para los practicantes sino también para el siempre atento ojo del espectador.

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